Todos tenemos metas o sueños que queremos lograr, de hecho tal vez tengamos una larga lista; pero muchas veces nos olvidamos de ellas o nos damos por vencidos antes de lograrlo. ¿Porqué sucede esto? Pues bien generalmente nuestras metas son una lista de cosas que deseamos tener o ser la cual no nos hemos sentado a analizar detenidamente, la hemos hecho basados en aquellas cosas que la sociedad establece como indicativos de que somos personas exitosas, pero ¿qué tan importantes son para nosotros?
Más importante que la meta es el porqué de la misma. El porqué deseamos alcanzar este objetivo es el motor que nos impulsa y nos mantiene motivados para lograrlo. El porqué debe emocionarnos, apasionarnos cada vez que pensamos en ello de tal forma que no haya nada que nos detenga, ni los fracasos, ni el tiempo, lo difícil que aparentemente sea lograrlo, el esfuerzo que implique o la opinión de las personas. Cuando nuestra motivación detrás de la meta es así de poderosa prosperaremos en lograrla.
El porqué de la meta puede ser únicamente personal o incluir a otras personas, siempre basada en el bienestar, en el crecimiento que nos brinda. Una meta basada en la envidia, celos o en querer dañar a otra persona sólo nos desgastará emocional y físicamente. Veamos un ejemplo, Tu meta es obtener un mejor puesto dentro de tu empresa, algunas de las razones de tus metas pueden ser: el beneficio económico, tienes ideas que pueden ayudar al crecimiento de la empresa, tu jefe te cae mal y anhelas quitarle su puesto, para darle a tus hijos acceso a un mejor educación, deseas explotar otras capacidades que tu puesto actual no te permite, ya no te sientes motivado, quieres ser un ejemplo para tus hijos, tu esposa te exige más dinero. ¿De esta razones cuáles crees que sean más poderosas?
Cuando te fijes una nueva meta siempre haz una lista de las razones por las que quieres lograr esta meta y valora qué tanto te motivan del 1 al 10. Si tienes 3 o más porqués con una calificación mayor a 8, seguramente tendrás la motivación suficiente para recorrer el camino hacia tu meta, a pesar de los tropiezos, de las críticas y del esfuerzo que suponga lograrla. Visualiza el resultado final para mantenerte motivado, haz el compromiso contigo mismo de lograrlo, confía en ti mismo y mantente abierto a las oportunidades que se presenten en el camino para lograr tu objetivo.
Gabriela O. Fortunat Life Coaching 